Platicando de libros y autores: La bailarina de Auschwitz
Desmond TutuPremio Nobel de la Paz
Hace unos días el presidente de México recomendó leer a León Tolstoi y refirió "porque no necesariamente tiene que ser Lenin o Hitler para la formación", no aclaró a qué formación se refería y la verdad, como todo me gusta tomarlo en el sentido positivo hasta que sea claro lo contrario, quiero entender que tal formación es en cultura general, y no en cómo dominar a otros partiendo de que hay razas superiores, somos diferentes por supuesto, unos más altos, unos más bajos, unos más agraciados otros menos, depende de la perspectiva de cada uno porque la belleza es relativa, unos más inteligentes, pero superiores, creo que nadie por muy brillante que sea, tiene la facultad de establecer quienes son más que otros.
El gusto por libros y sus autores es algo tan personal, tan íntimo, que nunca me atrevería a criticar lo que a cada quien le gusta, porque sería como criticar su elección de color favorito, no tiene ningún sentido.
Yo lo que invitaría es a leer el punto de vista de ambas partes, curiosamente a la par de esa declaración me encontraba leyendo "La bailarina de Auschwitz", un libro de Editorial Planeta, escrito por Edith Eger, una Húngara judía sobreviviente de la Segunda Guerra Mundial, donde narra cómo paulatinamente su vida y la de su familia fue cambiado de estable a mal con la llegada de los nazis, sin ellos alcanzar a comprender el por qué.
Posterior el giro fue de mal al horror cuando los transportan a Auschwitz e inician las separaciones, las pérdidas, el dolor, el hambre, sobre todo el hambre, de día, de noche, de madrugada, esa hambre permanente que tú como lector puedes sentir al imaginarte los esqueletos vivientes a los que hacían trabajar sin parar.
Como todas las narraciones de las personas que lograron sobrevivir al holocausto, el relato es absolutamente desgarrador, con anécdotas increíbles de infinita crueldad y sadismo con la que se procuraban los militares nazis para tratar a sus prisioneros.
A mí la que me impresionó más fue cuando la autora menciona que presenció la muerte en enorme agonía de una de las presas que estaba embarazada y al momento de sentir los dolores de parto, los oficiales alemanes en la brutalidad total, le ataron las piernas para que no pudiera salir el bebé, de locura total sólo para verla sufrir en ese terrible dolor hasta la muerte.
Y así otras de corte similar, vistas por la autora, sin embargo este libro afortunadamente también tiene una parte, y mucho más larga sobre el término de la guerra, y de como se puede volver a la "normalidad" después de una experiencia similar, lo que, al menos a mí como lector me agradó mucho porque no se centra en saciar el morbo durante páginas y páginas describiendo todas las atrocidades que se cometieron en los campos de exterminio y que están ampliamente documentadas.
El paso de sobrevivir a vivir es el más importante que este libro subraya, de cómo el salir de los campos de concentración, no fue una libertad, el enfrentarse al mundo que continuó su paso mientras ellos estaban encerrados ahí, cómo volver a integrarse, cómo liberarse de sus traumas, cómo olvidar y volver a empezar como si nada hubiera pasado, esos pasos son los que este libro destaca.
Los caminos que encontró no sin dificultades, sobre todo emocionales la autora para desarrollarse, como persona, como mujer, como madre, como profesionista, son los que dan esperanza a quienes piensan que por el infierno que estén pasando no tiene salida, porque si la hay, pero se requiere voluntad y una enorme, enorme valentía.
Es un libro muy emotivo, porque habla de que libertad no es alejarte de un lugar, sino dejar en donde corresponda todo el equipaje emocional que es una carga, ser libre, no partir de olvidar, sino de aprender y dejar ir. Ese proceso es el que tiene la autora y resulta muy interesante lo que hace y a lo que se somete para poder lograrlo.
El final me gustó mucho, porque para mí fue la ratificación de que lo bueno que hagas por otros, siempre de alguna forma, se te devuelve, a tal vez no a tí directamente, tal vez no de la misma manera, pero si a los tuyos, pero si a las convicciones a las que te comprometas. Un libro ampliamente recomendable y de fácil lectura, lo puedes encontrar en librerías y también en Amazon.
Esa es la doble historia que te recomiendo leer, una la de quien provocó el sufrimiento de tantos a partir de su odio personal y la otra la de quien sufrió todo ese odio sin merecerlo, yo creo que es ahí donde se amplía nuestro punto de vista. Edith Eger dice algo muy importante en su libro, Hitler no ganó, y en efecto perdió la guerra, pero dejó semillas sembradas, que si sólo ven el punto de vista de su lado, puede ser que veamos repetir una historia muy desagradable, ojalá que no.
Ha sido como siempre un placer contar con tu compañía, nos vemos o nos leemos pronto en otra charla o plática de té y café. 😃
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