Platicando de cosas y casos: Santa Lucía parece una necedad.
Bruce Lee
En la foto aparece el aeropuerto internacional de Hong Kong "Chek Lap Kok" inaugurado en 1998 y cuya característica es que se encuentra asentado sobre dos islas que se unieron de forma artificial para soportar esta estructura, una de las más caras de la historia según reportan los que saben, y ni dudarlo, todo lo que tenga que ganarle terreno al agua, es costosísimo.
La terminal aérea de este monstruo con capacidad para trasladar a casi 73 millones de pasajeros al año, fue diseñada por Norman Foster, arquitecto británico, distinguido con el premio Pritzker, el máximo galardón a nivel internacional conocido como el "Nobel en arquitectura" y otros muchos reconocimientos a nivel internacional, amén de su probada experiencia en el diseño de terminales aéreas (7 en su haber).
Bueno pues, ese mismo Norman Foster, fue quien diseñó y ganó junto con el arquitecto mexicano Fernando Romero yerno de Carlos Slim, el contrato para construir el que sería el NAIM (Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México) cuyo cascarón de hierros retorcidos, oxidados e inundados, descansan en las inmediaciones de Texcoco para recordarnos lo que pudo haber sido.
En 2018 esa obra fue cancelada por la administración de López Obrador, actual presidente de México, y hoy, a casi 4 años de esa decisión, y a dos días de inaugurar el aeropuerto internacional Felipe Ángeles (AIFA) en la base aérea militar de Santa Lucía, sigue siendo motivo de polémica y calificada como el peor error en materia económica del morenista.
Y es que si bien es cierto que los motivos de corrupción dentro del proyecto que presentó a la opinión pública para tomar esa determinación, la que sometió a criterio popular en una muy mal organizada y desangelada consulta, se basaron en su palabra únicamente, a la fecha, no se ha presentado prueba de que tal corrupción haya existido y todo quedó en el capricho de cumplir una promesa de campaña que no analizó con cuidado antes de tomar acción contra el NAIM.
El actual AICM (Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, Benito Juárez), con capacidad de diseño para mover a 34 millones de pasajeros al año, de acuerdo al IMCO (Instituto Mexicano para la Competitividad A.C.) aumentó su demanda a 55 millones, por lo que se encuentra, no de ahora, desde hace varios años, completamente saturado, por esa razón, la construcción del NAIM iba a ser una descarga importante ya que su capacidad de diseño una vez inaugurado era de 70 millones de pasajeros al año.
Según el General Brigadier en retiro Isidro Pastor Román, Director General Operativo del AIFA (recordemos que el nuevo aeropuerto el presidente lo cedió a las Fuerzas Armadas), iniciarán con una capacidad de 2.4 millones de pasajeros que serán transportados por Viva Aerobús, Volaris y Aeroméxico a los destinos de Cancún, Tijuana, Guadalajara, Monterrey, Mérida y Villahermosa respectivamente, de acuerdo al militar el AIFA tendrá una capacidad operativa de 90 millones de pasajeros....pero hasta el año 2052.
A 48 horas de inaugurar una de sus obras insignia, la administración obradorista aún no tiene terminadas las vías de acceso para llegar al AIFA, tampoco se encuentra terminado el hotel de la cadena Holiday Inn que se encuentra en las instalaciones, entre quejas por la lejanía de la terminal aérea, el tiempo invertido en los traslados, ofertas de taxis aéreos (helicópteros) para las clases pudientes en la CDMX, tarifas económicas para vía terrestre desde distintos puntos de la ciudad, la desesperación del presidente para demostrar que el tiempo de traslado no rebasa los 40 minutos cuando las aplicaciones han llegado a marcar en horas pico hasta dos horas, entre críticas de unos y loas de otros, el proyecto se asemeja más a querer forzar el calzar el zapato, pero no está entrando ni con el calzador.
Santa Lucía parece más una necedad que un proyecto que traerá beneficio, se nota el desorden y la mala organización, pero, en mi yo interno y positivo, espero que sólo sea por la urgencia de inaugurarlo y dar la promesa por cumplida, dejando al tiempo que las cosas se asienten y en verdad opere de manera adecuada porque se necesita de manera urgente.
Triste sería que su fin termine como su inicio, como una base militar, pero ahora extremadamente tuneada y muy muy cara, proyecto fracasado del capricho de un solo hombre que nos costó a todos hoy y que nos seguirá costando quién sabe por cuántos años más.
En fin, yo, con mi perfumado té verde y jazmín, brindo porque las cosas vayan bien para el AIFA y para todos.
Muchas gracias por tu agradable compañía 😃. Nos leemos pronto en otra plática de té y café 😊
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