Platicando de lugares: Cafebrería el Péndulo

Ah!, me encanta el aroma de los libros, siempre es delicioso y muy particular, al igual que el café o el té, nada huele igual que un libro, nada es capaz de trasladarte al lugar o de transformarte en el personaje de la historia más rápida y eficientemente que un libro, en ellos siempre encuentras aventura, romance, sabiduría, dolor, lágrimas, amor, historia, crecimiento y bienestar, también mentiras y chatarra emocional, pero que viva siempre la expresión a través de las letras. Es verdad que la palabra escrita plasmada en un libro nos deja siempre con las ganas del derecho de réplica contra el autor cuando estamos en desacuerdo con sus ideas, o cuando (horror!) nos encontramos con un final espantoso después de quedar absortos en una historia que nos atrapó por días o semanas, algunos se desquitan con el libro contra la pared, otros sólo sonreímos y pensamos en las maldiciones. Pero también nos deja la plenitud de gozo y las ganas de aplaudir de pie como en un inigualable co...